Juanca, Pope, Jaime y José han vuelto a los escenarios ocho años después del accidente de coche que truncó su brillante carrera musical como supersubmarino. Algo que sirva de luz es la historia de cuatro amigos que pasaron del éxito abrumador a la tragedia más profunda.
Triunfaban sin haber salido de Baeza, su ciudad natal, precisamente el lugar al que los integrantes de Supersubmarina regresaron en su coche el 14 de agosto de 2016 tras tocar en el Festival Medusa de Barcelona. Esa noche su carrera musical se detuvo bruscamente. un «bip que se queda para siempre» y que el Papa, el conductor del vehículo, todavía escucha hasta el día de hoy.
La gravedad del impacto y el daño a los integrantes envolvió los años siguientes en un silencio que se rompió la mañana de este jueves con la profunda y sentida ovación del público al ver nuevamente sobre el escenario a Juanca, Pope, Jaime y José. El Teatro Pavón ha sido el punto de partida y reencuentro de los cuatro amigos que, en un gigantesco ejercicio de generosidad, han contado a Fernando Navarro su proceso de reparación.
«El libro es una celebración de la vida pero también de la amistad»
Una historia que no se puede contar sin familias y que nace después dos años de trabajo y más de 60 entrevistas con madres, padres, novias y médicos, muchos de ellos presentes esta mañana. Algo que sirva de luz Es «la celebración de la vida, pero también de la amistad», afirmó Jaime. «No quiero ver caras tristes», añadió Juanca.
Supersubmarina crea así una nueva forma de comunicarse con su público más allá de las canciones. También se lanzarán pronto. El modelouna reedición de su primer LP, electroviralque se lanzará el 12 de abril e incluye la canción inédita Error de pelota. El clamor de la afición durante este tiempo ha servido de impulso para este regreso que, sin pretensiones, culmina una profunda y complicada terapia.
«Se me hizo muy difícil volver a escuchar Supersubmarina»
Jaime, el guitarrista, cayó en un depresión profunda lo que lo llevó a convertirse en el «mayor hijo de puta del mundo». Hablar con Fernando Navarro ha sido un alivio para él, al igual que para Juanca, el baterista, que se entretuvo durante su entrada viendo sus propios directos «y diciendo ‘joder, qué buenos estuvimos'». Lo primero que hizo tras recibir el alta fue «ir al estudio a ver si podía tocar los instrumentos».
Pope pudo recuperarse más rápido, pero experimentó el proceso opuesto. Su bloqueo emocional y El remordimiento por ser quien conduce el coche. Lo hizo aislarse del pasado: «Fue muy difícil para mí volver a escuchar Supersubmarina. Me dolió escuchar algo que para nosotros era lo más hermoso que nos había pasado en nuestras vidas». «La principal consecuencia es pensar que eras tú quien conducía», dijo antes de que Jaime la interrumpiera: «No es tu culpa».
El vocalista José ―Chino para sus amigos― es quien tiene más consecuencias. «Perdí el recuerdo de los siete años anteriores.«Prácticamente lo he ido recuperando con ayuda de neuropsicólogos», afirmó tranquilo y claro, sin ocultar que la espasticidad de sus músculos le impide volver a la música con todas sus capacidades.
Recuerda su vida como estrella gracias a los vídeos de YouTube y las anécdotas que le recuerdan sus compañeros: «He tenido que reaprender a caminar, a vestirme, a cepillarme los dientes», algo que considera «una perra» en su vida adulta, pero que ha conseguido gracias al cariño constante de sus padres y su novia.
La tristeza y la ira se han transformado, paso a paso, en fe y nuevas oportunidades. Las conversaciones con Fernando Navarro, que se convirtió en «Dr. Fernando» desde la Semana Santa de 2021, cuando inició este proyecto literario, quedan recogidas en una obra que es mucho más que un libro. Algo que sirva de luz Es un punto de liberación, un relieve lleno de claridad y bondad que marca el inicio de un despertar lejos de las sombras.
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