Alrededor de 1,1 millones de personas vieron IB3 en algún momento de 2022, la cifra más alta desde que se lanzó en 2005. A pesar de este pequeño éxito, hay un partido político que cerraría IB3. A Vox no le importa la programación catalana de la cadena, mientras creen que se ha convertido en una especie de herramienta de propaganda para el actual gobierno de coalición de izquierda. Vox subraya que no querrían que IB3 fuera su portavoz. Deshazte de él, argumentan.
IB3 se puso en marcha cuando había un Partido Popular gobierno. El sesgo político en ambos sentidos se ha nivelado desde entonces. Esa es una acusación poco común que se hace a las emisoras públicas, ya sea en Baleares, España o en otros lugares. Pero dejando esto a un lado y aceptando que la participación de la audiencia es solo modesta, debería haber un papel continuo para el canal. Debe ser algo a lo que la gente pueda sentir que puede recurrir.
De un presupuesto total del gobierno de 7.133 millones de euros en 2023, los 37 millones de IB3 no son enormes. Emplea a personas y alienta a los productores locales, el sector de las industrias creativas que se considera que tiene potencial para el desarrollo. Vox sostiene que aún habría una “infinidad de trabajo” sin gastar dinero público. Tal vez, pero ¿IB3 no ofrece un escaparate para la obtención de este trabajo?