Imagino pocos retos más exigentes para un actor que trabajar con Rodrigo Cortés. Hay que tener las ideas muy claras para querer hacer Escape. Poco claro, muy claro, diáfano, cristalino. Para contárselas también a tus actores. Un rompecabezas que, aparentemente, sólo encaja en el ídem de su creador, quien desmenuza la trama con la determinación inquebrantable de quien cree firmemente en ella pese a que no todo parece responder a estructuras e historias convencionales.
Ecos lejanos de lo que en Gran Bretaña llamaron Cine Libre y que se instauró con alma pionera en el salud mental como un océano nublado en el que el cine también podría (y debería) sumergirse. El protagonista de Escape No sabe adónde ir, a quién pedir ayuda, es un marginado, una persona indefensa y Cortés lo retrata como una constante parábola de paradojas. Y te quedas con escenas que parecen teatrales, incluso instalaciones sin más significado del que uno desea.
Relacionado con Concursante y con la extrañeza de luces rojas llevado aún más al extremo. Y los actores, pues, acompañan al director y ofician como mejor saben. Un placer, por cierto, reencontrarnos con Puigcorbé. Quédate aquí, hombre.
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Director:
Rodrigo Cortés
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Género:
Drama
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País:
España
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Sinopsis:
N. es un hombre dañado, algo no anda bien en su interior. N. no quiere tomar ni una sola decisión más, sólo salir del mundo. Deja de tener opciones. El psicólogo al que visita no sabe cómo acercarse a él, ni tampoco su hermana, que intenta apoyarlo en vano. N. sólo quiere vivir en prisión y hará lo que sea necesario para conseguirlo. ¿Conseguirán sus allegados impedirle que cometa delitos cada vez más graves? ¿Hasta dónde podrá llegar el juez para no conceder su propósito?
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Guion:
Rodrigo Cortés -
Distribución:
Mario Casas, Anna Castillo, Guillermo Toledo, Juanjo Puigcorbé -
Duración:
129 minutos -
Distribuidor:
Ficción beta -
Estreno:
31 de octubre