Un grupo de investigadores de Estados Unidos, Canadá, Suecia y España han podido comprobar que la detección de la proteína TAU 217 fosforilada (p-tau217) en plasma sanguíneo ha demostrado una gran precisión en la identificación de acumulaciones patológicas de proteínas beta amiloide i. TAU, que son característicos del Alzheimer. Hasta ahora, esto sólo puede detectarse mediante el análisis del líquido cefalorraquídeo, que es una prueba mucho más invasiva y costosa.
Los resultados de este estudio se acaban de publicar en la revista JAMA Neurology, en el que han participado investigadores del Área de Investigación en Enfermedades Neurológicas, Neurociencias y Salud Mental del Instituto de Investigación Sant Pau, liderados por el Dr. Juan Fortea, director del Unidad de Memoria del Servicio de Neurología del mismo hospital.
un gran salto
Hace unos años la única posibilidad de diagnosticar esta enfermedad neurodegenerativa era realizar un estudio post mortem de muestras cerebrales. Posteriormente se encontraron biomarcadores efectivos que permiten identificarlo en el líquido cefalorraquídeo y ahora la investigación se dirige a encontrar biomarcadores en la sangre que permitan realizar el diagnóstico de una manera menos invasiva, según el Dr. Daniel Alcolea, investigador en del Grupo de Neurobiología de la Demencia del Instituto de Investigación Sant Pau y responsable de la plataforma de biomarcadores de la Unidad de Memoria del mismo hospital.
Los investigadores analizaron datos de tres cohortes de observación: los Biomarcadores Traslacionales en Envejecimiento y Demencia (TRIAD), de Canadá; el Registro de Wisconsin para la Prevención del Alzheimer (WRAP), de Estados Unidos, y la Iniciativa Sant Pau sobre Neurodegeneración (SPIN), de Barcelona. El estudio incluyó muestras de un total de 786 participantes con una edad media de 66,3 años que fueron analizadas en Suecia y reveló una excelente precisión de alrededor del 95% en la detección de la presencia de la enfermedad de Alzheimer.
Los resultados muestran que el biomarcador p-tau217 ofrece una precisión comparable a los biomarcadores en el líquido cefalorraquídeo y demostró ser particularmente eficaz para detectar cambios longitudinales, incluso en etapas preclínicas de la enfermedad.
Un aspecto destacable de esta técnica, además, es su capacidad para reducir significativamente la necesidad de confirmaciones adicionales, reduciendo en un 80% el número de pruebas necesarias para confirmar el diagnóstico de la enfermedad.
El doctor Alcolea explica que “este biomarcador ha demostrado un rendimiento muy alto en la detección del Alzheimer en sangre, con una precisión de entre el 90 y el 95%. De todos los biomarcadores que actualmente se estudian para diagnosticar la enfermedad de Alzheimer, éste es el que mejores resultados ha dado”.
Este descubrimiento puede abrir nuevas puertas en la investigación y el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer, ofreciendo una herramienta accesible y confiable para la comunidad médica y los pacientes. El doctor Alberto Lleó, investigador del Grupo de Neurobiología de las Demencias del Instituto de Investigación Sant Pau y director del Servicio de Neurología del mismo hospital, explica que “este avance es especialmente significativo, ya que los biomarcadores sanguíneos podrían ofrecer una alternativa más accesible”. y menos invasivo para el diagnóstico precoz y el seguimiento de la enfermedad de Alzheimer. Además, la implementación de este tipo de pruebas podría mejorar significativamente la evaluación clínica y el reclutamiento de ensayos clínicos, además de facilitar el manejo de los pacientes y brindar acceso oportuno a terapias modificadoras de la enfermedad”.
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