Palma está inmersa en las fiestas de Sant Sebastià. De hecho, este sábado la capital vivió con tal éxito la tarde de Sant Sebastià que obligó al cierre de la plaza de Cort cuando estaba a rebosar de gente. La gran multitud deseosa de disfrutar de la música salió a las calles de Ciudad. Y entre esta gran marea humana es donde encontramos la denuncia pública que quiere hacer Susana Mora, una mujer de 45 años que padece esclerosis múltiple. Este usuario de la Asociación Balear de Esclerosidad Múltiple (ABDEM) Estaba disfrutando de la fiesta en la plaza Major cuando tuvo la necesidad de ir al baño. Al encontrar una larga cola en el reservado para personas con discapacidad, preguntó si había alguien encargado de revisar los baños. Fue entonces cuando empezó el problema.
Primero hubo unas chicas que lo interrogaron, preguntándole dónde tenía la discapacidad. “Ya salí de casa mentalmente preparada porque son situaciones que tienen que sufrir las personas que no tienen una discapacidad visible”, admite. «Tengo esclerosis múltiple pero afortunadamente no necesito silla de ruedas». ni muletas pero tengo mis dificultades”, explica Mora, quien explica que sufre de espasticidad en las piernas pero como conoce su cuerpo sabe cuándo debe sentarse. En cualquier caso, eso no impide que puedas disfrutar de las fiestas de Sant Sebastià como el resto de ciudadanos. Entonces las cosas Acudió a la Policía Local para exponer su caso y que tenía prioridad para acudir al baño para discapacitados, además de advertirles que al baño destinado a personas con discapacidad se estaban colando personas sin padecer ninguna enfermedad. Fue entonces cuando llegó su sorpresa.. “La policía me preguntó dónde estaba la mujer discapacitada.d. “Les hablé cortésmente y les dije que hay personas que sufren una discapacidad que no es visible”, afirma.. “¿Dónde tienes la tarjetita?” Los agentes respondieron, algo que dejó boquiabierta a Susana Mora.
“Ya salí de casa preparado para afrontar situaciones similares, «Pero me parece muy triste el trato de la Policía, me hizo sentir muy pequeña y me cortaron la alegría de disfrutar de Sant Sebastià», confiesa que no pudo aguantar por los nervios y se orinó encima. Por suerte llevaba bragas menstruales porque no es la primera vez que tiene que soportar estas situaciones. La cosa no acabó aquí. Además de interrogarla sobre su enfermedad, la afectada explica que los agentes se tomaron la libertad de afirmar que si estaba parada viendo el concierto, podría haber estado haciendo cola en cualquiera de los baños.
no hizo cola
“Me sentí muy pequeña”, reitera Mora por cómo la trataron los agentes cuando fue a avisarles que había gente colándose en el baño de discapacitados. No sólo tuvo que aguantar que algunas chicas “groseras” se rieran de ella, sino también el trato recibido por parte de los agentes. Al final, resume, no hizo cola. “Dejé ir al baño de discapacitados a una persona mayor porque obviamente tiene prioridad y luego lo usé”, detalla y lamenta que sean situaciones que sufren personas como ella que no tienen una discapacidad visible.
Susana Mora agrega que luego le contó lo sucedido a una niña de la Cruz Roja quien admitió que ya habían acudido a ella otras personas con la misma situación. Esto es lo que aconsejó Presentar una denuncia a través de ABDEM para intentar evitar que esto vuelva a suceder.