El caballo de batalla del coche eléctrico es la autonomía y la ampliación de la red de carga para que un viaje largo no sea un quebradero de cabeza. Las empresas saben que esta transición a lo eléctrico será más fácil cuando el usuario no tenga ansiedad por la autonomía y están explorando formas de cubrir todos los kilómetros posibles.
El Santo Grial parecen ser las baterías de estado sólido, algo que están desarrollando empresas como Hyundai, Toyota, Honda, Samsung y Nissan. Pero también se pueden aplicar las tecnologías actuales, como la energía solar. Esto de los coches que «funcionan» con energía solar no es nuevo y ahí tenemos modelos como el Hyundai Ioniq 5 y sus 1.500 kilómetros adicionales al año gracias a un panel solar. O el fallido coche holandés Lightyear 0.
Y otra que está en esa lucha por integrar paneles solares en sus coches es Mercedes. Hace dos años ya vimos un prototipo de coche 100% eléctrico de la marca alemana, el Mercedes Vision EQXX, que integraba paneles solares, pero ahora tienen la idea de algo más revolucionario: una pintura solar extremadamente fina y ligera.
El problema es que es algo que está muy lejos.
Convertir pintura en un panel solar
Introducir paneles fotovoltaicos en un coche no es nada fácil. La tecnología está ahí y la idea parece buena: cambiar la chapa del techo y el morro por un panel solar enganchado a la batería. El problema no es la ejecución, sino el peso extra. que se suma al vehículo. Esos kilos de más no compensan la autonomía que se podría conseguir a largo plazo, por lo que no tantas empresas han explorado esta vía.
La clave es que lo que Mercedes está desarrollando es muy diferente. No se trata de un panel solar como tal, sino de una «pintura». Es una capa que se integra en la propia pintura del vehículo al ser extremadamente fina. Tiene un grosor de apenas cinco micrómetros, siendo más fino que un cabello humano y, por tanto, muy ligero y adaptable a formas curvas.
Tal y como leemos en Motortrend, la compañía estima que cada metro cuadrado apenas sumaría 50 gramos al conjunto y comentan que la eficiencia es del 20%, lo que no está nada mal teniendo en cuenta la eficiencia actual de las células fotovoltaicas.
En cifras, esto significa que un SUV de tamaño medio actual podría producir suficiente energía gracias a esta pintura solar para recorrer 12.000 kilómetros adicionales al año en Stuttgart, unos 14.000 en Pekín o unos 20.000 en Los Ángeles.
No son malas cifras (de hecho, son varias cargas), pero es algo que parece lejos de llegar a ser un producto comercial. La propia Mercedes nos comentó durante la prueba del EQXX que a estas soluciones solares (aún no han hablado de pintura) les queda un largo camino por recorrer. Es más, no hay una fecha aproximada.
Ahora bien, está claro que siguen interesados en estas formas alternativas que no servirán para cargar el coche al 100%, pero sí como una interesante recuperación de energía gratuita.
Imágenes | Mercedes, Xataka
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