El programa más romántico de la televisión, Primeras citas, celebró este lunes por todo lo alto su octavo aniversario. El programa de televisión presentado por Carlos Sobera y Laura Boado cumplió ocho años al aire y para celebrarlo, el equipo del programa de Cuatro decidió organizar una entrega muy especial con seis fechas y un baile de graduación que no dejó indiferente a nadie.
Una de las citas de la noche fue la protagonizada por Maribel y José. La soltera madrileña, afincada en Benidorm, llegó al restaurante sin confesar su edad y haciendo gala de elegancia. «Me gusta tener a mi lado un hombre guapo y precioso, pero ahí está el mercado fatal», declaró. Y la soltera explicó que ya no quedaban caballeros con clase, como Carlos Sobera. «Son simples, insulsos y barrigón», dijo.
José en ‘Primeras Citas’
Maribel también confesó que “era una señora que le daba estatus a cualquier hombre” y por eso quería conocer a alguien con sus mismas características. Su cita era José, un soltero madrileño de 76 años que reivindicaba nada más llegar las tres cosas que necesitaba en su vida: »Viajar, salir a cenar y sexo». La primera impresión entre los solteros fue bastante normal. »Ella es muy buena, es atractiva, me gustó», declaró.
Sin embargo, la soltera madrileña sufrió el primer chasco de la noche nada más comenzar la velada. De repente, el celular de José empezó a sonar al ritmo de corazón latino de David Bisbal, detalle que no agradó a la soltera. »Cuando llegué, lo primero que hice fue poner mi teléfono en silencio. Saber estar también es importante’, aseveró.
José y Maribel en ‘Primeras Citas’
Momentos después, los solteros se pusieron al día con su actual vida de retirados, ocasión que José aprovechó para confesar sus tres aficiones. »Vas a pasar miedo, uno es salir a cenar, el otro es viajar y el otro es sexo, me encanta. ¿Te gusta?’, dijo. »Depende de quién», respondió la mujer soltera. «Tengo que tener una pareja a la que le guste el sexo», subrayó. Pero Maribel no era una persona dispuesta a hablar de sexo en público. »Sin clase y sin estilo», dijo.
«Tiene buen poder adquisitivo, pero tampoco creo que sea millonario».
En un momento de la velada, Maribel mostró interés en conocer la trayectoria profesional de José para conocer su situación económica. «Tiene buen poder adquisitivo, pero tampoco creo que sea millonario», declaró la soltera mientras bromeaba con que «vivía de los hombres». Respecto a cómo tenía que ser su hombre ideal, Maribel dijo que tenía que ser «un hombre con clase, que sepa estar con una mujer y que sea detallista». »A ver qué caprichos quiere porque dependen de mis posibilidades», dijo.
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En la recta final, el destino de la pareja estaba más que escrito. Por ello, la soltera rechazó al madrileño porque no había sentido química, aunque dejó la puerta abierta a una amistad. Sin embargo, Maribel se llevó una última sorpresa con la última confesión de José: »Soy tu lacayo y haré todo lo posible para ser tu rey. De aquí para abajo me voy a comer a tu conejito para ser tu rey, mi amor”. “Eso no sale”, dijo la soltera al salir del restaurante.
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