Cada 29 de julio, la pequeña parroquia de Ribarteme, situada en el pintoresco pueblo de como neves (Pontevedra), se convierte en el escenario de una de las tradiciones lo más sorprendente, conmovedor y peculiar de Galiciae incluso del mundo entero: los famosos peregrinación de los ataúdes. Este evento único, que ha trascendido fronteras y atrae la atención de visitantes de diferentes países y culturas, combina fe, gratitud y un profundo conexión con la muerterindiendo homenaje a Santa Marta, patrona de quienes han estado a punto de perder la vida.
El rito
La celebración tiene como protagonistas el «ofrecido«, personas que, tras superar enfermedades graves o situaciones extremas, agradecen Santa Marta recorriendo parte del recorrido dentro de ataúdes que luego recorren las calles. A su paso, los cánticos de los romeros crean una atmósfera que emociona tanto a los fieles como a los curiosos que acuden atraídos por la singularidad de esta tradición.
En Galicia la muerte no se ve como un fin absoluto, sino como una transición respetada y aceptada. En Ribarteme, este vínculo cultural con el más allá se convierte en un acto de fe colectivo que ha perdurado durante generaciones. La peregrinación es un reflejo de esa relación especial con la espiritualidad, una experiencia que une a toda la comunidad, reforzando el sentido de pertenencia e identidad.
Más allá de la Romería de Santa Marta
Hay historias personales que muestran cómo esta festividad sigue siendo un faro de identidad y resiliencia para la comunidad de As Neves. Un ejemplo notable es el de Alba Casas, investigadora y artista multidisciplinar, que decidió regresar a su tierra natal para reconecta con tus raíces y nutrirse de ellos. En su obra, Alba capta y transmite la espíritu único de la peregrinación, un fenómeno que trasciende lo religioso para convertirse en un experiencia personal y colectiva.
“Cuando estás aquí, quieres irte; tienes esa sensación de querer irte, y haces este viaje psicológico en el que sales, casi para salir del armario, y vuelves“
«Cuando estás aquí quieres irte, tienes esa sensación de querer irte, y haces ese viaje psicológico en el que sales, casi como salir del armario, y vuelves», dice Alba. Sus palabras reflejan el deseo de explorar nuevos horizontes y, al mismo tiempo, la necesidad de volver al lugar donde todo empezó, de redescubrirse a uno mismo a través de sus orígenes.
La Romería de Santa Marta no es sólo un evento religioso. Es un ritual que se entrelaza culturalél espiritual y eso emocionalconvirtiéndose en una experiencia única que resuena profundamente en quienes la viven.