Uno de cada tres adultos en España (31%) tiene “deficiencias relevantes” en matemáticas, lengua o resolución de problemas (APS, en inglés), según la prueba internacional PIAAC de la OCDE (Programa Internacional para la Evaluación de Competencias). la Población Adulta, en sus siglas en inglés). Además, uno de cada cinco (21%) tiene estas lagunas formativas simultáneamente en dos o las tres áreas evaluadas.
En general, la población española entre 16 y 65 años aparece por debajo de las medias de la OCDE y la UE en los tres apartados: 247 puntos frente a 260 en lectura; 250 por 263 en matemáticas; y 241 versus 521 en resolución adaptativa de problemas. España está básicamente igual que en 2011-12, cuando se celebró la anterior edición del PIAAC. Baja tres puntos en lectura y sube seis en matemáticas.
El Ministerio de Educación sostiene que el desempeño de los adultos en esta prueba es “promedio” en lectura y matemáticas y significativamente menor en APS. Sin embargo, en el comentario que acompaña los resultados distribuidos por la OCDE, el responsable de PIAAC sitúa a España en el grupo de los que tienen «diferencias significativas» respecto a las medias.
Los países que aparecen más altos en las tres categorías son Finlandia, Japón y Suecia, con puntuaciones cercanas a los 300 puntos en matemáticas y lengua y 275 en resolución de problemas. A continuación destacan Chile, Polonia y Lituania. España forma parte de un grupo de países formado por Corea, Hungría, Estados Unidos e Italia.
En el tercio inferior
En general, España aparece en el tercio inferior de la clasificación que ofrece la OCDE en las tres pruebas, aunque los analistas expertos suelen explicar que en este tipo de informes suele ser más relevante la evolución de un país entre ediciones -estancamiento para los adultos españoles- que la comparación con otros, o incluso el escrutinio minucioso de los datos internos.
Por ejemplo, en España destaca la equidad en los resultados. En esta clasificación aparece entre los mejores: la diferencia entre los que más y los que menos se desempeñan es menor que en la mayoría de los países (a unos 130 puntos de distancia, cuando los países más desiguales están en 160, con Estados Unidos a la cabeza). la cabeza).
Sin embargo, esta equidad suele conseguirse a costa de aparecer al final de la clasificación. Si se desglosan los resultados españoles por niveles de rendimiento, se observa que en lectura hay seis veces más ciudadanos en los dos niveles más bajos (8,8% en el último y 21,5% en el penúltimo para un total de 30,3%). que en los dos más altos (0,3% en los mejores, 5,6% en los segundos mejores).
Es decir, tenemos tres veces más personas en el grupo de bajo rendimiento que Japón (primer país de la lista) y seis veces menos en el grupo de mayor rendimiento, como se puede observar en el gráfico. Con otras figuras ocurre prácticamente lo mismo en la competencia matemática.
La equidad (desventaja) del sistema se muestra en todos los ángulos del análisis. Cuando se desglosan los resultados por grupos de edad, la diferencia entre los de 55 a 65 años (los que consistentemente obtienen peores resultados en todos los países) es de 22 puntos en España, 30 en la media de la OCDE. Lo mismo ocurre en función del origen del encuestado: los inmigrantes, que también obtienen peores resultados, obtienen 36 puntos menos que los nativos de padres españoles, cuando la diferencia media es de 45 puntos en la UE. La brecha de género también está menos presente, aunque sigue destacando en matemáticas a favor de los hombres, como demostró la prueba TIMSS de hace una semana: obtienen diez puntos mejor, una distancia estadísticamente significativa.
Entre iguales y peores
La comparación con la edición anterior del PIAAC muestra un descenso generalizado en los resultados de lectura. Del total de participantes en ambas pruebas, sólo Finlandia y Dinamarca han mejorado significativamente, afirma la OCDE. Frente a esto, 14 naciones siguen igual y 11 han empeorado.
En matemáticas, la evolución está más repartida: hay ocho mejoras, 12 países que están iguales (España entre ellos) y siete descensos.
El efecto de la edad
PIAAC también incluye un análisis de lo que llama “el efecto del envejecimiento” en la comprensión lectora, en qué medida afecta el paso de los años. Tener dos estudios con las mismas cohortes poblacionales nos permite observar la evolución de un determinado grupo de edad.
“Las comparaciones obtenidas a partir de los resultados de la segunda prueba revelan pérdidas sustanciales de habilidades relacionadas con la edad a partir de los 35 años (pero más raramente entre los adultos más jóvenes)”, analiza el Ministerio de Educación. Unas pérdidas competenciales que también se observan en España.
Los adultos jóvenes nacidos entre 1989 y 1996 obtuvieron siete puntos menos en 2023 (cuando tenían entre 27 y 34 años) que en 2012 (cuando tenían entre 16 y 23 años), “una diferencia no significativa”, según Educación . “En el siguiente grupo, de 35 a 44 años en 2023, la pérdida observada es de 10 puntos (una diferencia significativa) y de 16 puntos en el grupo de 45 a 54 años. En la generación más vieja (de 44 a 54 años en 2012), la pérdida es algo menor, 13 puntos menos (disminución significativa)”.
Con la perspectiva de la edad también hay una paradoja. Por un lado, dice la OCDE, muchos países que han participado en la muestra “han visto un aumento en la proporción de adultos mayores en sus poblaciones”. Dado que estos grupos “normalmente tienen menos habilidades” y pesan más en el total, reducen el promedio. Sin embargo, las nuevas generaciones están más formadas que las anteriores (en España la tasa de abandono temprano se ha reducido a la mitad en una década), por lo que su inclusión en PIAAC (a partir de los 16 años) incide en los resultados. arriba. No se ha analizado –ni compartido– cuánto pesa cada factor.