‘Mad Max’ o incluso una película de Marvel: estas son las comparaciones más repetidas por quienes cruzan alguno de los dos puentes que conectan el mundo Barrio La Torre, uno de los distritos afectados por la devastadora inundaciones en Valencia, con el barrio de San Marcelino.
Este pasado miércoles, la imagen del barrio era de absoluto contraste: por un lado, gente cubierta de barro que caminaba desde hacía horas desde barrios cercanos a Valencia, como Alfafar, Sedaví, Massanassa y Catarrojaen busca de agua, comida o un lugar donde cargar sus celulares y poder contactar con sus familiares, muchos de ellos desaparecidos; y por otro, gente que iba a la peluquería o que había salido a correr.
Él El flujo de personas pidiendo ayuda fue constante durante todo el día y la noche.la desesperación y la necesidad eran grandes; y así lo entendieron varios vecinos del barrio. Él Bar Prietoel primer negocio que la gente encuentra al cruzar el río Turia, permaneció abierto más de 40 horas para que todas esas personas, sin luz, comida ni agua, pudieran cargar sus móviles y contactar con sus familiares, muchos de ellos desaparecidos. «Desconectamos las máquinas para que pudieran cargar sus celulares», dijo Juan, gerente del establecimiento. La frase más repetida durante esa larga jornada de trabajo fue «No te preocupes, me pagarás después».
Las redes sociales, un canal solidario
Al salir del bar, un cartel con otra dirección cercana anuncia «Alimentos y artículos de primera necesidad»junto con la ubicación del José Soto Micó Fallaen la calle Sindicó Mocholí. Alrededor 15 voluntarios Se turnan dentro y fuera del recinto para guiar a quienes no tienen adónde ir, ofreciéndoles una Espacio en la casa para comer y descansar.. “Vivimos al otro lado del puente y vimos a todos los afectados que lo han perdido todo; incluso hay quienes han perdido a sus familiares, entonces decidimos ayudar”, dice Alba, fallera de la casa de Soto Micó.
A través de las redes sociales, Hicieron un llamado a recolectar alimentos y artículos de primera necesidadcomo toallas sanitarias, zapatos y calcetines. «Los vecinos del barrio han respondido y estamos consiguiendo gente que colabore. Además, aquí hay una finca con piscina y un club social, donde han instalado duchas», explica Alba.
La ayuda llega gracias a la solidaridad de los vecinos
El flujo de gente que cruza este puente de 200 metros sobre el Turia es constante; Muchos llegan en busca de comida o linternas para sus familiares y vecinos, quienes, sin comida ni luz en sus casas, no pueden salir a comprar. Paula y Pedro se han marchado de Benetúsera unos cuarenta minutos de San Marcelino, con la intención de lleva pan a tus vecinos. «Compramos pan y pilas para las linternas porque estamos sin electricidad desde el miércoles», cuenta Paula.
la imagen de Escobas, palas y carros llenos de comida y agua. Se repite a lo largo de la mañana. norberto Lleva más de una hora caminando desde la frontera entre Massanassa y Catarroja y ahora regresa con un coche lleno de papillas y productos de primeros auxilios para sus familiares y vecinos. «Como los servicios están colapsados les vamos a llevar cosas para que aguanten un par de días más.. Mi hija y los vecinos nos han hecho una lista de necesidades. En total, nos hemos gastado más de 100 euros sólo en productos básicos», afirma la vecina.
A su lado, su cuñado Rafaelllevando un rastrillo y un cántaro de agua, comenta: «Nosotros también venimos del Cooperativa San José del Pux. «El señor ha sido muy bueno y nos dejó todas las herramientas a muy bajo precio porque sabía que íbamos a ayudar».
La solidaridad no sólo ha llegado a este barrio, muchas partes de la ciudad y organizaciones han recurrido a para ayudar a todas aquellas personas que lo han perdido todo, pero el trabajo será largo, ya que en muchos puntos aún se realizan labores de rescate.
Las asociaciones valencianas organizan colectas
A través del Federación de Asociaciones de Vecinos de Valencia (FAVV)y con la colaboración del Ayuntamiento, numerosas entidades han acordado recoger alimentos y otros enseres básicos, que llevarán a las zonas afectadas. El Asociación de Vecinos de Benimacletque acaba de cumplir 50 años hace unos días, es uno de los cinco puntos establecidos para el cobro. Desde su local, Amparo Cifre está organizando el aluvión de alimentos y productos de higiene básica que están recibiendo.
«Estamos más allá de nuestras capacidades y Tuvieron que abrir la peluquería de al lado para que pudiéramos guardar cosas.«, dice esta vecina. Piden alimentos no perecederos, productos de higiene, garrafas de agua o cajas vacías en buen estado. «Hay gente que viene con poco y gente que viene con los carritos del supermercado llenos», añade Cifre.
Donde tampoco lo están haciendo bien es en el Asociación de Vecinos de Patraix. «Somos una entidad vecinal histórica y llevamos mucho tiempo ayudando en momentos críticos». Él cuota de voluntarios empacar lo ha cubierto en unas horas y para esto fin de semana tiene una lista de hasta 60 personas.
«Aún queda mucho por hacer en el lugar del accidente y las fuerzas de seguridad tienen que estar trabajando para que luego los voluntarios puedan ayudar», subraya esta vecina, que considera que en estos momentos es la coordinación es esencial.
Un camión del Ayuntamiento se acerca a cada uno de los puntos para recoger lo recogido. «Ya lo llevan a los alcaldes de los distritos afectados para que los vecinos puedan recogerlo», explica el presidente de la Federación de Vecinos de Valencia, María José Brosetas. Estarán recolectando durante varios días dependiendo de las necesidades de las personas afectadas.
«La respuesta de la gente ha sido increíble»
«El el sentimiento es un poco de incredulidadporque nadie esperaba que la inundación dejara tantos muertos», dice José Bordes. Este profesor de historia forma parte de un grupo de voluntarios dedicada a ayudar a municipios como Paiporta o Picaña.
Este valenciano forma parte del Plataforma del Círculo Internacionalista quienes junto a estudiantes y trabajadores se encuentran ofreciendo su ayuda en tareas de limpieza y distribución de agua. Sin embargo, su deseo de ayudar comenzó mucho antes de esta tragedia. Durante la pandemia de 2021, varios miembros de la organización construyeron una red de voluntariado para ayudar en los barrios más desfavorecidos. «Ayudábamos a la gente a hacer la compra, sacar a sus perros o comprar medicinas», afirma Bordes.
Ahora, ante esta extraordinaria situación, No han dudado en comprar botas de goma y palas para colaborar en tareas de limpieza. «Nos hemos dividido en varios grupos. Algunos han ido este miércoles a Paiporta para Limpiar calles y llevar agua a los vecinos.Este historiador dice que es imposible llegar en auto, el cual tienen que dejar a unos 2 kilómetros del municipio. “Luego hay que caminar unos 40 minutos con palas y cántaros hasta llegar allí”. , no han podido llegar a Picaña, aunque esperan hacerlo en los próximos días.
También están recogiendo en sus instalaciones enseres domésticos y alimentos no perecederos antes de trasladarse a las zonas afectadas. Las imágenes que han visto han sido demoledoras, pero, según comenta, esto ha acercado a la gente. «La respuesta ha sido sorprendente y muy rápida», afirma.