Sonia Martínez, quien fue una de las presentadoras infantiles más queridas de los años 80, vivió una dramática caída en el mundo de las drogas tras afrontar varios reveses personales y profesionales. Su historia, marcada por el éxito televisivo y el rápido declive, ha sido recordada en el programa Y ahora Sonsolesdonde el fotógrafo Francisco Javier Pavía ha compartido algunos de los momentos más desgarradores que vivió junto a ella.
Una lucha marcada por la desesperación y la soledad
Sonia Martínez cayó en una espiral de adicción que la llevó a tomar decisiones extremas para financiar su consumo
Pavía, quien mantuvo una estrecha relación con Sonia, reveló que la presentadora incluso le sugirió tomarse fotos con su hijo con la intención de venderlas y así conseguir dinero por su adicción. “Para conseguir mucho dinero, porque eso iba a ser un gran éxito”, comentó el fotógrafo, que no pudo evitar sentirse tentado por la desesperada situación de su amigo. Sin embargo, recordó la fuerte conexión de Sonia con su hijo, asegurando que, a pesar de sus problemas, ella lo amaba profundamente.
La vida de Sonia Martínez estuvo llena de episodios trágicos, desde la pérdida de su madre hasta su diagnóstico de VIH, lo que agravó aún más su delicado estado de salud. Su dependencia a las drogas la llevó a situaciones límite, como vivir en la calle y tener que renunciar a su hijo para garantizarle un futuro mejor. “A la niña no me la quitaron, la di porque antes de que muriera la niña yo morí”, expresó la propia Sonia en una entrevista con Nieves Herrero.
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El testimonio de Pavía también recordó un episodio alarmante cuando Sonia, desesperada por ver a su hijo, se coló en el centro donde estaba internado y lo sacó por la ventana para tomarle unas fotos. “Se podría haber resbalado”, dijo el fotógrafo, dejando al descubierto el extremo al que había llegado la presentadora debido a su adicción. Al final, las imágenes no fueron tomadas y Pavía le pidió que le devolviera al niño inmediatamente.
Sonia Martínez murió en 1994, a los 30 años, tras una larga lucha contra las drogas y el VIH. Su historia es un reflejo de los estragos de la adicción y las duras consecuencias de la fama temprana, recordada hoy como símbolo de una generación marcada por el exceso.