Vinicius Jr. aterrizó en Estados Unidos para disputar la Copa América con agenda propia. Su objetivo personal es incrementar la campaña mediática para consolidar su candidatura al Balón de Oro. Su estrategia fue contar con el empuje de la opinión pública brasileña, siempre decisiva en este tipo de votaciones… pero, cuando la pelota empezó a rodar, lo visto desacredita cualquier opción real de postularse al mejor futbolista del planeta.
Lo ocurrido esta última mañana en el Brasil – Costa Rica (0-0), que cerró la primera jornada de competición, es un horror individual y colectivo. Por mucho que el madridismo sociológico y su burbuja mediática intenten silenciar y pasar página sobre lo ocurrido, las acciones de Vinícius en el SoFI Stadium, de Los Ángeles, es un chorro de agua fría y un choque de realidad.
Estuvo 71 minutos sobre el terreno de juego, hasta que su entrenador, Dorival junior, dijo basta y lo reemplazó con endrick.
Hasta entonces había perdido 18 balones (doce de ellos en la primera parte), no había completado con éxito ninguno de los cuatro intentos de regate ni había disparado a portería. Y, eso, contra la Cenicienta del Grupo D, que se ha presentado en el torneo continental americano con la plantilla más joven y un portero, el bueno de Patricio Sequeira, (fue nombrado MVP del partido) que juega con el Ibiza en la Primera RFEF.
El debate ahora en Brasil gira en torno a la reacción de Neymar Jr., aún convaleciente y viendo el partido desde la grada con su séquito, sin entender por qué el técnico canarinho eliminó a la supuesta estrella del equipo. Sin embargo, no hay ningún vídeo o captura de pantalla que consiga desviar el foco de atención.
Vinicius Jr. no brilla con Brasil. Las estadísticas lo corroboran. Sólo hay tres goles en 31 apariciones internacionales. Lleva un año sin ver gol, en el RCDE Stadium, en un amistoso contra Guinea (4-1) en la fecha FIFA de junio, en el que cerró la goleada transformando un penalti en el minuto 88. Ramón Menezes fue el entrenador interino.
El último gol del delantero madrileño en partido oficial se remonta al Mundial de Qatar 2022. en octavos de final, en la goleada por 4-1 ante Corea del Sur. Después, ha fracasado en las eliminatorias sudamericanas para el Mundial de 2026 y, ahora, en su fallido debut en la Copa América de 2024.
No se puede negar que está fracasando en su intento de cumplir y ocupar el papel de Neymar. De momento, no es el dirigente deportivo que busca un Brasil en reformulación.
Y, en las declaraciones posteriores al partido, Vinicius se ha excusado pidiendo tiempo y argumentando un cambio de posición surrealista, que no se entiende del todo porque ocupa su lugar de referencia, partiendo por la izquierda como ha hecho a lo largo de su carrera.
«He hecho todo lo que he podido para ayudar al equipo, incluso cambiando de posición. Todo lleva tiempo, el entrenador es nuevo, los jugadores son nuevos. Estoy jugando en una posición que es completamente diferente para mí, pero estoy concentrado en seguir evolucionando. La gente quiere una respuesta inmediata, pero eso no es lo que pasó en el Real Madrid, ni cuando debuté en el Flamengo…», explicó.
Con toda la presión, Brasil regresa a escena la madrugada del jueves y viernes, enfrentando en Las Vegas a Paraguay, que perdió 2-1 ante Colombia.