Ya matan a 7 millones de personas, un 70% más que en 1990
El ictus es la tercera causa de muerte y la cuarta causa de pérdida de salud en todo el mundo. Estas cifras pueden parecer sorprendentes si se tiene en cuenta que la mayoría de los casos, El 84% se deben a factores de riesgo evitables. Entre estos agentes que la potencian podemos encontrar algunos como la contaminación atmosférica, las altas temperaturas, la hipertensión arterial o el tabaquismo. Pese a ello, los casos siguen creciendo. Un análisis publicado este miércoles en La lanceta Afirma que en 2021 (último daño del que hay datos) se registraron 11,9 millones de nuevos casos, un 70% más que en 2019.
No sólo han aumentado los diagnósticos, sino también las muertes en un 44% (7,3 millones) y las pérdidas de salud derivadas de este problema son de hasta un 32%. Por otro lado, la buena noticia que dan los autores es que los supervivientes han crecido un 86% y han alcanzado casi los 94 millones de personas en todo el mundo. El trabajo forma parte del Estudio de la Carga Global de Enfermedades, Lesiones y Factores de Riesgo (GBD) y los resultados han sido publicados en la revista The Lancet Neurology.
Otra medida que se tiene en cuenta en la investigación son los años de vida ajustados por discapacidad (AVAD). A nivel mundial, el número total de discapacidades, enfermedades y muertes prematuras debidas a accidentes cerebrovasculares aumentó los años perdidos en un 32%Si en 2019 se consideró que esto provocó una pérdida de 121,4 millones de años de vida saludable en 1990, tres décadas después ya son más de 160 millones.
Los investigadores atribuyen este aumento en los números al crecimiento de la población y a la aumento del envejecimiento de los mismosTambién creen que ha habido un “aumento sustancial de la exposición de las personas a factores de riesgo ambientales y conductuales”. Si se analizan algunos de los factores de riesgo individualmente, se puede ver que los agentes que más aumentaron como culpables del ictus fueron un índice de masa corporal (IMC) elevado (hasta un 88%) y las altas temperaturas (72%).
Carlos Tejero, miembro del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología (SEN), explica que no existe un único elemento que provoque este problema, sino que se trata de una cuestión de algo multifactorialLas altas temperaturas y la contaminación atmosférica, explica, están ligadas a otras patologías que, a su vez, pueden aumentar el riesgo de sufrir un ictus. “Un ictus sería como una plaza a la que se puede llegar por diferentes calles”, explica.
El neurólogo asegura que, si bien hay varios elementos que predisponen a padecerla, “el destino es el mismo”También advierte de las múltiples caras que tiene la enfermedad: “Cualquiera puede padecerla y ver que el tipo de vida que lleva y las cosas que le han pasado son muy diferentes a la persona que tiene al lado.
Otros factores que se han visto más presentes en los diagnósticos, según el análisis, han sido: niveles altos de azúcar en sangre (un aumento del 32%) y una dieta rica en bebidas azucaradas (que aumenta un 23%). El factor que menos ha crecido como causa de ictus es el consumo deficiente de ácidos grasos poliinsaturados omega-6, que solo han aumentado un 5% como causa.
En 2021, específicamente, los cinco principales factores de riesgo de accidente cerebrovascular en todo el mundo fueron: presión arterial sistólica alta, contaminación del aire, tabaquismo, colesterol LDL alto y contaminación del aire en el hogar. Dentro de este grupo, un variación considerable dependiendo de algunas circunstancias como edad, sexo y ubicación (zona de residencia del paciente).
Tejero explica que esto demuestra que Cada individuo tiene una serie de factores que no se pueden cambiar, Como esos tres. Hay una carga genética determinada por el lugar de donde uno viene, ejemplifica. Si uno cambia de ubicación, puede verse influenciado por factores ambientales, pero esos condicionantes del genoma siempre lo acompañarán.
Más de tres cuartas partes de todos los casos en todo el mundo se han registrado en países de ingresos bajos y mediosEstos entornos son los más afectados porque suelen entrar en juego varios factores que aumentan el riesgo de sufrir un ictus, comenta el neurólogo. Entre otros, suelen tener una peor calidad nutricional, pueden estar expuestos a factores ambientales nocivos y tienen un peor acceso a los servicios sanitarios, detalla.
Trabajos como este ayudan a generar una imagen para evaluar la situación del ictus a nivel global. Tejero destaca que este tipo de datos pueden ayudar a comparar la incidencia entre territorios y mejorar recomendaciones pacientes. Estas cifras también sirven como guía para las autoridades sanitarias de cada país a la hora de pedirles que aborden el problema, añadió.
España, uno de los líderes
España es uno de los países con mejores tarifas e, incluso, Ha reducido la prevalencia de ictus en los últimos 31 años. Ha conseguido pasar de 54 casos por cada 100.000 habitantes a 45,3. Tejero reconoce que es una buena situación, “pero todavía puede ser mejor”. El experto de la SEN asegura que aspectos como la nutrición, el acceso universal a la asistencia sanitaria y determinadas medidas preventivas son la clave de este éxito.
Tejero afirma que esto también es una señal de que las limitaciones de las últimas décadas, como las restricciones al tabaco, son realmente útiles para reducir la carga de ictus. Se están haciendo las cosas bien, pero Aún queda mucho trabajo por hacerY añade: “Mientras se pierdan años de vida a causa de un ictus, hay que seguir luchando por ello”.
Los autores señalan que las estrategias para reducir la exposición a algunos factores de riesgo durante las últimas tres décadas, como las zonas de aire limpio y las prohibiciones de fumar en público, han tenido éxito. Estos eventos relacionados con el tabaquismo se han reducido en un 13% y un 20% de los provocados por la contaminación. En cuanto a la dieta, se ha observado una disminución de entre un 30 y un 40% de los accidentes cerebrovasculares asociados a dietas ricas en carne procesada y pobres en verduras.
El experto de la SEN afirma que en España la sociedad es consciente del problema que suponen los ictus, de cómo reconocerlos y de cómo actuar cuando se reconoce que alguien sufre uno. Sin embargo, sobre todo en los jóvenes, Falta de reflexión sobre la prevención y los factores de riesgo que se pueden evitar de forma individual. “Cada persona tiene su propio riesgo y sabe qué hábitos puede cambiar para intentar reducir la posibilidad de padecerlo”.
La obra habla de la urgencia de que todos los países implementen medidas “eficaz, accesible y asequible” Mejorar la vigilancia, la prevención, la atención aguda y la rehabilitación del ictus, señalan los autores, ya que ésta es la única manera de reducir su incidencia.