Orégano, esa modesta hierba que muchos lo consideran simplemente como un condimento En la cocina podría tener mucho más que ofrecer que sólo su característico aroma y sabor. Un reciente estudio científico realizado por la investigadora Cynthia Cristina Arcila-Lozano y su equipo de la Universidad Autónoma de Querétaro y la Universidad de Illinois, Urbana-Champaign, revela el potencial del orégano para combatir varias enfermedades gracias a sus propiedades biológicas únicas.
Según el estudio, se ha demostrado que el orégano es un recurso valioso en la lucha contra diversas enfermedadesdestacando tres afecciones principales que se pueden combatir con un consumo regular.
Enfermedades digestivas
El orégano ha mostrado un notable actividad antimicrobiana contra una variedad de bacterias patógenas, incluidas Salmonella y Escherichia coli, responsables de enfermedades gastrointestinales comunes como la salmonelosis y la infección por E. coli.
Las propiedades antibacterianas del orégano. Pueden ayudar a combatir estas infecciones y proteger la salud digestiva. Tal y como afirman los investigadores, “los extractos de orégano tienen buena capacidad antioxidante y antimicrobiana, características muy importantes para la industria alimentaria ya que pueden favorecer la seguridad y estabilidad de los alimentos”.
Enfermedades parasitarias
El aceite esencial de determinadas especies de orégano, como Lippia multiflora, ha demostrado ser eficaz contra infestaciones por piojos y el artrópodo Sarcoptes scabiei, responsable de afecciones como la pediculosis y la sarna.
Estos hallazgos sugieren que el orégano podría ser una alternativa natural y potencialmente más segura a los tratamientos convencionales para combatir estos parásitos.
Enfermedades del cáncer
El orégano también se ha mostrado prometedor efectos en la prevención y el tratamiento de enfermedades relacionadas con el cáncer.
Según el estudio, «los monoterpenos presentes en el aceites esenciales Además, se ha observado que ciertos compuestos presentes en el orégano, como la galangina y la quercetina, tienen actividad antimutagénica, lo que podría ayudar a prevenir la formación de tumores y reducir el riesgo de cáncer.